El otro día en la Biblioteca encontré un libro con un nombre que además de largo era un tanto peculiar. Jamas había oído hablar de este libro pero me picó la curiosidad.
Es el libro más delicioso, sencillo, tierno, y no sé que más adjetivos encontrar para describirlo.
La historia está contada a través de cartas y resulta muy entretenido ir conociendo a los habitantes de Guernsey a través de ellas. Hay momentos tristes que hacen que sueltes alguna que otra lágrima y otros muy simpáticos.
Sinopsis: Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton encuentra la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet. A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en el mundo de este hombre y sus amigos, que resulta ser un mundo maravillosamente excéntrico.
Esta novela ostenta una galería de personajes profundamente peculiares, todos amantes de la literatura, que intentan sobrellevar la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, alrededor de un pastel de patata.
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